Los símbolos son muy importantes. Dicen mucho. Algunos cuentan historias o son consecuencias de las mismas. Los escudos de fútbol no son una excepción. Y posiblemente es uno de los grandes retos a los que los clubes se enfrentan con la llegada de un nuevo modelo de fútbol y de negocio. Donde lo digital fricciona en muchas ocasiones cono lo sentimental y con la pasión hacia unas formas, unos colores. Un sentimiento al fin y al cabo.
Cuando las personas al frente de este proyecto nos sentamos a trabajar éramos conscientes de que el FC Pas de la Casa no tiene un gran arraigo dentro del fútbol del principado, ya que desde su fundación en 2012 apenas había competido. Pero para nosotros eso se traducía en una oportunidad de crear algo que generara un espacio donde conectasen esos dos tipos de fútbol. Y todo eso pasaba por crear un espacio común a través de la comunicación, de una imagen llamativa, potente y actual. Y todo eso debía empezar con el rediseño de nuestro escudo.
Las características del anterior escudo no nos permitían apoyarnos en él, pero sí quisimos mantener algunos de los elementos que estaban presentas e incorporarlos al nuevo diseño, como el balón y las montañas. Ambos elementos muy importantes. El primero muy obvio, ya que el balón es el principal protagonista, y las montañas, por lo que suponen para la población del Pas de la Casa; una forma y un medio de vida.
A todos eso elementos que rescatamos le unimos el de la casa, que aunque a simple vista parezca anecdótico, es parte fundamental de la historia de nuestra población. Ya que una pequeña cabaña rodeada de nieve ubicada en un paso de montaña entre Francia y Andorra fue la semilla del Pas de la Casa que hoy conocemos.
Bajo todas esas premisas y con todas esas piezas obtuvimos el resultado que podéis ver. Un escudo actual y moderno. Un escudo que ubica en en el contexto de nuestro deporte y que señala directamente a los orígenes de lo que representa.